viernes, 15 de agosto de 2008

ASTANA RIVER




Uno de mis recuerdos primigenios es dormir escuchando el río. De pequeño, mis padres nos llevaban a Martinet de Cerdanya. La pensión tenía sus ventanas abiertas al río Segre, frente a un viejo puente de madera que se llevaron las inundaciones de 1982.

Aquello constituyó uno de esos conglomerados que se guardan en tu mente y generan mitos, recuerdos reales y recuerdos inventados. La constelación de la montaña, el río por la noche, los prados, el aire de la nieve, fue decisiva para mí durante unos años. Y me inventé el nombre de Astana para designarla.

En 1990, cuando me compré el grabador de cuatro pistas, hice esta maqueta con el fondo del río Segre pasando por donde estuvo aquel puente. Astana River. Han transcurrido muchas cosas y paisajes, pero esa lucecita sigue allí. Escondida en algún lado. Como dice Heráclito nunca somos nosotros mismos ni es el mismo río. Pero al mismo tiempo, siempre estamos en el mismo sitio y siempre corre el mismo río.

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